Torito de Pucará
El origen de un símbolo
Fusión de tradiciones
Llamamos sincretismo al intercambio entre dos culturas que resulta en una fusión única, con elementos originarios tanto de una como de la otra. Así nace el famoso Torito de Pucará, cuyos orígenes se remontan a la época de la Colonia Española.
En aquél entonces las familias o ayllus tenían ídolos particulares a los cuales rendían culto y que solían representar figuras de camélidos autóctonos del ande. Con la llegada de la conquista, éstos fueron prohibidos por los llamados "extirpadores de idolatrías" y reemplazados por figuras que estuvieran ligadas a la cultura española.
Los Incas, para evitar ser sometidos al castigo y en una estrategia que les permitiera acceder a la crianza del ganado vacuno que hasta ese momento era exclusividad de los conquistadores, paulatinamente transformaron estos ídolos en la emblemática figura del torito.
Sin embargo, como en todo sincretismo, le agregaron elementos andinos como un orificio en la espalda para contener bebidas, rosetas en el pecho y hojas de coca. Esto aseguraba su permanencia dentro de los ritos andinos y al mismo tiempo adhería la Cultura Española a la Incaica.
La Estación de Pucará - una parada obligatoria
Pucará es un pueblo del altiplano que se halla a más de 3,800 metros sobre el nivel del mar y pertenece al departamento de Puno. Al centro, como es usual en casi todos los pueblos de la sierra peruana, encontramos la Plaza de Armas, coronada por una hermosa Iglesia de piedra rojiza que contrasta con el azul impecable del cielo andino. Al frente, la Municipalidad es resguardada por la emblemática figura de un Torito de Pucará.
Muchos ignoran que el torito no se originó precisamente en Pucará sino en la comunidad campesina de Santiago de Pupuja. Fue allí donde se elaboraron los primeros ejemplares tal y como hoy los conocemos. Narra la historia que para poder comercializarlos, los artesanos bajaban hasta la estación de tren que pasaba por Pucará en la cual el ferrocarril que recorría la ruta Cusco-Puno se detenía todos los días. En ese momento, los entusiastas vendedores hacían su aparición ofreciendo los toritos a los turistas de paso. Es así como allá por la década de 1940, los pasajeros empezaron a reconocer esta figura como "Torito de Pucará". Posteriormente, la tradición se extendió a manos de los artesanos locales de Pucará, quienes adoptaron y perfeccionaron este arte convirtiéndolo en una tradición que continúa vigente hasta nuestros días.
Herencia y legado - artesanos de una tradición
Ante la llegada de los españoles, los expertos alfareros del Imperio Incaico serían elegidos para fabricar tanto piezas utilitarias como símbolos que fusionaran ambas culturas y enfatizaran el yugo sobre el pueblo conquistado. Uno de aquellos símbolos fue el Torito de Pucará, que hasta hoy es fabricado con la misma técnica milenaria que sigue heredándose generación tras generación y es, en muchos casos, la principal fuente de ingresos para las familias de artesanos en Pucará.
La arcilla es extraída de las riveras del río, aguada y colada hasta obtener un barro acuoso y libre de grumos llamado barbotina. Luego se unen los 5 moldes que conforman el torito atándolos con cintas de jebe, se vierte la barbotina a través de 4 orificios superiores y se deja secar al sol. Con la arcilla aún húmeda, se colocan los adornos característicos como las rosetas en el pecho y frente, las hojas de coca y espigas de trigo. Una vez adornada y pintada a mano, la pieza es horneada a más de 800ºC durante 3 horas. El resultado: un torito sólido y compacto que puede soportar las inclemencias del tiempo, parado firme y orgulloso sobre los de techos de las viviendas del sur andino.
Simbolismo que perdura - el torito en la actualidad
Desde que fueron concebidos como símbolo de procreación del ganado durante la conquista, los Toritos de Pucará permanecen vigentes y constituyen parte de un ritual que se mantiene en el sur andino al momento de construir una vivienda. Sin hacer mucho esfuerzo, uno puede distinguir a los toritos sobre los techos de las casas generalmente en pareja o yunta y con cruces, carteles y ofrendas que los acompañan.
Esta tradición va más allá de una cuestión ornamental y se adentra en la imaginería popular que le atribuye al Torito de Pucará el poder de protección cuando éste es colocado sobre el techo de una casa. Es una creencia ya establecida que los toritos traen felicidad, bienestar y seguridad a los que habitan sus viviendas, que bendicen los matrimonios, son símbolo de fertilidad y cuidan a los animales.
Además se los considera símbolos de la identidad andina. Con la lengua afuera y lamiendo sus fosas nasales en representación de un ritual de marcación de ganado aún vigente y con la cola enroscada, característica de los toros bravos, los toritos representan la fuerza y el vigor que los convierte en ideales protectores de las familias y símbolos infaltables sobre los techos de sus casas.
Lo tradicional y lo contomporáneo - una intervención artística
En esta ocasión, quisimos hacer llegar a nuestros clientes una pieza única, fusión de la tradición andina con el arte contemporáneo. Uno de los representantes más importantes de este último es el artista peruano José Tola, quien con sus afamadas formas orgánicas y pinceladas llenas de color exuberante ha intervenido la conocida y tradicional figura del Torito de Pucará.
El resultado es una nueva fusión, ya no de lo español con lo incaico pero esta vez de un símbolo andino con el arte actual, una pieza en la que convergen la tradición histórica y la estética contemporánea, un legado de creencias y simbolismos y un legado artístico; un Torito de Pucará único en su especie y que estamos seguros usted sabrá apreciar.